SINOPSIS
Un grupo de humildes personajes de las Rías Baixas gallegas se unen a una doctora para derrotar al coronavirus.
En esta divertida novela para todos los públicos se mezcla el realismo mágico del cine de animación con lo educativo y la divulgación científica. Una bella historia de amor y esperanza, donde el humor nos abraza para enseñarnos el camino de la solidaridad.
OPINIÓN PERSONAL TRAS LA LECTURA
Ante todo, agradecer la oportunidad a #edicionanticipada por ofrecerme la lectura.
La narración es en forma de diario de todo los que les va pasando a lo largo del viaje. El grupo son algunos los habitantes de la zona de as Rias Baixas. Ellos están decididos a combatir un virus que azota el país. A lo largo del camino, a la tropa se irán añadiendo a sus bártulos los variopintos personajes, que harán de este viaje una estancia de lo más amena, hasta las vacas y sus moscas los acompañan.
Tengo que reconocer que se utiliza un tipo de humor al que no estoy muy acostumbrada, y muchas palabras a las que tampoco, pero no ha estado mal pasearme por los diccionarios y aprender expresiones nuevas. Frases de antaño y con muchos chascarrillos de la región. Así que imagino que el espacio sociocultural estará mucho más adecuado a la lectura si ya de por si eres de la zona.
El tono es de un humor poético que tiene su punto. Aunque no sea mi estilo he disfrutado de la historia porque es cortita. Y al fin y al cabo dentro de un tema tan grave hasta humorística.
Es una aventura tan loca, que con las historias mitológicas ya casi hasta me he olvidado de la finalidad del viaje.
Su idea de combatirlo es realmente fantasiosa. Quieren “luchar con armas” como auténticos guerreros ante ese virus que creen como algo físico y palpable. Hasta que por fin la doctora consigue explicarles en qué consisten ese tipo de bacterias víricas. Para ser más clara les habla de agentes secretos, así que siempre por su seguridad deberán lavarse bien las manos durante lo que dura una canción popular.
La doctora les explica la gravedad, hasta que la tropa es consciente de que no están jugando a guerras, guerreros, sino que se enfrentan a algo muy peligroso que combatir.
Tiene los puntos cómicos de intentar acabar el virus con tecnología Pocomon (a lo que imagino que será el pokemon Go).
¿Lograrán estos avispados habitantes localizar y acabar con el virus, entre música de violines y auroras boreales? Tendrás que adentrarte en la lectura para descubrirlo.
Alberto, Gracias por la tinta*