SINOPSIS
«Nunca más repetiré nada de lo que haga en mi vida. Os voy a demostrar que a partir de hoy la burra es la más lista y que mis notas más bajas que os presentare será el notable alto.
Con esta promesa solemne ante un traspié escolar Paquita se compromete consigo misma a no dejarse amilanar por los avatares de la vida.
Para una niña cuya madre murió poco después de su nacimiento y cuyo padre huyó, dejándola al cuidado de parientes casi al mismo tiempo, esta promesa no es poca cosa.
La escuela, la maestra y otros entrañables recuerdos de Andalucía donde el candié, que era la merienda obligada de los veranos familiares en la playa, el olor caliente del romero y resina derretida de los pinos, el persistente sonido de las chicharras, las sensaciones del rearmo o bochorno o la visión del agua transportada en cántaros por burritos dejan impregnada el alma de Paquita y “Vamos Allá” nos traslada con ella para sumergirnos, a través de sus memorias en aquel universo andaluz de los años sesenta y setenta.
OPINIÓN PERSONAL TRAS LA LECTURA
Ante todo, agradecer la oportunidad a #edicionanticipada por ofrecerme la lectura de esta bonita historia. Porque como bien dice el inicio es una obra de ficción, con tintes de antaño.
Un relato entretenido, sencillo y capaz de trasportarte al pasado sin haber estado allí.
El nacimiento de la pequeña “no varón”, y el significado de lo que esto suponía en la antigua sociedad de un pueblecito Andaluz en la época de los sesenta. Tras de la muerte de su madre empieza el desapego de su familia de sangre.
Cuatro hermanas separadas, ella y su hermana pequeña, son adoptadas por una familia que, aunque no tenga la misma sangre en las venas les da todo ese cariño del que carecían.
Sin grandes pretensiones, con sus meriendas en el pueblo y los veranos en la playa. Viviendo en diferentes lugares, a causa del trabajo de su padre. De un pueblo a otro con relatos tan entrañables, como la recogida de la fruta, los burros transportando agua o las picadas de avispa curadas con un pegote de barro.
Me ha encantado leer esta corta narración, aunque anuncie que seguirá.
Me ha recordado a todos esos momentos en la que mi madre me explica anécdotas de la familia, los motes, la escuela y sobre todo esos mejunjes impensables que daban a los niños apostando el crecimiento y la vida sana. Las bebidas de nombre carismático y la venta por catálogo de productos de belleza. ¿Quién no se acuerda cuando Avon llamaba a su puerta?
Paquim, gracias por la tinta*
RESEÑA by Lara C. Cakmak (Gipsyqueen